noviembre 12, 2007

Ant Wars Ep. V El Imperio Contraataca (y Gana)

¡La batalla al fin ha terminado! ¡El imperio ha triunfado y ya las hormigas han firmado su derrota! (verifiqué que lo hicieran). Les contaré como ocurrió. Humillado e incomodado por la derrota anterior salí a caminar en busca de inspiración para preparar una batalla. No tenía capacidad para pensar en planes estratégicos, y mucho menos un ejercito. Pero en mi caminata terminé meditando al frente de un abasto de chinos, tenían música de el topo shishio Kotaro Oshio, al parecer no saben que es japonés y no chino y por eso les gusta, mientras meditaba se me acercó un anciano, al sentir su presencia abrí los ojos y noté que me estaba mirando fijamente. Le devolví la mirada creyendo que era el dueño de la tienda, pero observándolo fijamente buscando el detalle que diferencia a un chino de otro (generalmente muy difícil de encontrar) noté que era en el espíritu del gran guerrero Sun Sin San (el mismo que en otra ocasión ayudo a Ceferino Rodríguez Quiñónez contra su enemigo el poderoso Mago de la Cara de Vidrio). No me saludó, me miró fijamente y me dijo: Bueno, no me acuerdo lo que me dijo, jojójo

Guerrero Sun Sin San: Sí, soy yo. Y también he venido a reprenderte y a darte consejo y apoyo. He visto tus batallas, las has manejado bien, pero el enemigo es poderoso al igual que sus aliados. Pero, no es con esos ataques infames que triunfaras. Recuerda estas palabras para planificar tu ataque: “Los grillos hacen cri-cri.”

Aparte de eso, me dio recomendaciones y otro tipos de comentarios como: “Recuerda hijo mío, que las batallas son asuntos peligrosos”. Y meditando pude comprender la profundidad de su mensaje. Había olvidado a unos posibles aliados poderosos. ¡Los Grillos Samuráis! Inmediatamente comencé mis negociaciones con ellos. Ya había firmado un PNA (pacto de no atacar) hace tiempo con ellos, nuestro trato siempre ha sido respetuoso y sin molestarnos, pero en este caso se trataba de conseguir ayuda de su parte. Hablé con los lideres y les expliqué mis razones, analizaron la situación y en dos días me llegó su respuesta. Aceptaron la propuesta de atacar y desterrar a las hormigas ya que su aldea podría ser atacada. Preparamos la batalla de la manera más sigilosa posible, ya que las hormigas no esperaban un ataque directo. Casi siempre luchaba a la defensiva, en este caso decidí armar la mejor emboscada posible. Los Grillos Samuráis contaban con el apoyo de unas cuantas Cucarachas Ninja, pero estas no eran nucleares. Enviamos a las cucarachas a espiar al enemigo y nos dijeron que la mayoría del ejercito estaba en la conquista de otras tierras y que tardarían al menos una semana en regresar. No tuve más dudas y al mando de un poderoso ejercito de 2500 (2.5 BsF) Grillos Samuráis de todos los rangos, atacamos el fuerte de las hormigas. Estas no se esperaban un ataque de esta magnitud y el fuerte estaba casi desierto, en menos de una hora ya todas las defensas habían sido liquidadas y el fuerte era nuestro. Obligamos a las hormigas a mostrarnos en donde se guardaba la reina. Nos acercamos a la obligamos a la reina a firmar el tratado de paz, en este caso, que se iban a ladillar a otro lado y me dejan en paz. Y así, el imperio recuperó la paz y tranquilidad de los viejos tiempos



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