Día 1
El lunes me despierto y me dirijo a la Univ. ya que, se suponía, me tocaba clases temprano, y me iba a ir de ahí directamente al sitio del toque que era cerca. Así que me llevé la guitarra para la univ. Primer error de una cadena de errores. La primera clase el prof. no llegó. Me quedé en el salón esperando. Me aburría ya que ni un libro me llevé, así hice lo obvio, esperé que saliera la gran mayoría y saqué la guitarra para digitalizar un poco y calentar los dedos. A los minutos llega una de las pocas chicas lindas (que son pocas) de mi sección y bueno, honestamente, me quise lucir, después de todo soy humano, no sé porque suponen que debo ser superior a los demás y no sufrir de esas enfermedades de ego. Soy carne, pelo (una buena cantidad de pelo), uñas y sangre como todos los demás así que tengo derecho a tener mis debilidades, ¿o no? En fin, me puse a tocar algo para ella que se veía interesada en lo que tocaba. Segundo error en una cadena de errores. Poco a poco, y yo no me di cuenta, el salón se llenó y bueno, honestamente es medio ladilla cuando se ponen a exigirte canciones y te reclaman cuando no te la sabes como si hubiesen pagado entradas para verte cuando sencillamente te pillaron mientras practicabas. Luego de agotar mi repertorio popular (que es bastante corto) guardo ya que “probablemente llegará el/la prof. En cualquier segundo”. Pues tampoco llegó y de nuevo todo el mundo salió. Al rato llego la prof. Y nos dio parte las cosas que se dan al principio de clases y eso. Al final se robó parte de clase del prof. siguiente el cual nos dejó salir temprano.
Al salir me fui caminando para el lugar con el uniforme del concierto en el bolso. Llegué un poco temprano y no había mucha gente. Los baños del lugar estaban cerrados así que me toco usar el 5ki11 aprendido en un viaje a la Colonia Tovar con la coral de la UNEFA hace un año y medio más o menos y cambiarme frente a todo mundo sin que se dieran cuenta.
Nos dejaron esperando un rato largo para el ensayo, pero antes de eso, nos dieron unas chaquetas por el frío que hace en Calabozo que eran parte del uniforme, al final ensayamos y todo bien. Un rato más tarde se fue la luz tuvimos que esperar a que llegase para que dieran la charla que iban a dar, al las horas volvió y empezó la charla.
Mientras eso pasaba el hambre en nuestros estómagos crecía y crecía, ya eran las 5 no habíamos empezado. Mientras tocabamos un pequeño Jam con una chica que canta muy bien, nos llamaron, y ella no escuchó
Chica cantante: *enojada* ¡¿A dónde se van ustedes?!
Los que estábamos tocando: *a coro* ¡a comer!
Chica cantante: *se apresura a alcanzarnos* Ah, ¿y por qué no me dijeron?
El
Se hicieron las 6 y nada que me daban chánce para ir a la panadería a 50 mts a comprar algo. Al final me escapé con Katay, pero gracias al buen servicio de la panadería y a un
En eso entró el coro de conciertos a cantar una canción de cuyo nombre no quiero acordarme. Luego entramos nosotros a tocar las canciones que nos tocaban solos. Nos fue genial. No escuché errores de nadie, pero estar escuchando, no toqué tan bien y me medio perdí en una.
Después de eso, la orquesta tocó
Todo terminó a eso de las 9, y yo ya alucinaba del hambre, media hora para devolver las chaquetas que nos prestaron y luego a coger taxi. Pero pasó un amigo en moto y me dio la cola hasta el centro y ahí fue más fácil. Cuando llegué a mi casita ya eran las 10, devoré lo que conseguí, me bañe y me dormí.
Día 2
El día comenzó temprano ya que de nuevo, me tocaba clases. Pero esta vez no llevé la guitarra sino que la dejé en casa de Katay y el me la llevaba al momento del ensayo que era con el prof. de nosotros, que no había ido el día anterior por su trabajo, que íbamos a hacer para corregir los pequeños detalles.
A las 9, luego de prácticamente haber perdido la mañana en la univ, me fui a la orquesta. Llegué y el resto llegó poco tiempo después. Está vez si había baño para cambiarme así que no hubo problemas por esa parte. Y tampoco iba a pasar tanta hambre, ya que compré 3 manzanas antes de llegar a la univ.
La salida estaba planificada para las 13, pero salimos a las 14, ya me había comido la primera manzana, nos tocó, más porque éramos pocos que por consideración, un autobús con aire de 32 puestos. Y me di cuenta que si eres chofer y no pones rayetón o vallenato en los autobuses, te quitan la licencia y no te dejan manejar. Ya que era lo único que puso el infeliz ese. El viaje transcurrió bien, pero por descuido me puse del lado del sol y me pegó fuerte.
Acá una joto del sol.
Llegamos a Camaguán Town, y yo devoré la segunda manzana, y el sitio donde íbamos a tocar era una cancha de liceo techada sin luces, por lo cual deduje que eso iba a terminar temprano. Pero de nuevo una larga espera para tocar, fueron como 2 horas y no tuvimos chánce de ensayar. Pero por cuestiones de tiempo, nos negrearon y no nos dejaron tocar solos, sino con la orquesta. Esta vez no nos pelamos tanto en el pajarillo ya que lo conocíamos del día anterior, pero igual fue guataqueado (yo guataqueo, tu guataqueas, el guataquea…) Al final de los toques, el director, un tipo que se esta quedando calvo, pero tiene el pelo largo, llamo a la gente del público para que cantasen con nosotros, así que nos tocó guataquear de nuevo, y esa última vez, nos salió.
Nos llamaron a darnos
Luego devoré la tercera manzana, y comenzamos el viaje de regreso a las 18. Esta vez me puse del lado que no pega el sol, pero de nada valió ya que la mitad del viaje la hicimos de pié cantando y jodiendo con un repertorio muy variado, desde Soda Stereo hasta los 007 pasando por NKC y Maná.
Un detalle, una de las ventadas del bus, no era de vidrio, sino que era una lámina de acetato pegada a lo venezolano con cinta de embalaje a la carrocería. Alguien se le apoyó en algún punto y para cuando llegamos a Corozo
Al final, el prof. mando a comprar un agua con una de las niñas cuatreras cuatristas que iba a comprarse una, al volver, le entregó el agua y el vuelto al prof. y se miró la otra mano como diciendo
“mier… ¿yo no compré dos botellas de agua?”
En eso se oye un grito de la señora que atendía en la tienda
—¡¡Dejaron un agua!!
Bueno, creo que está de más poner que nos reímos mucho.
El bus partió de nuevo, y como a 20 min de Calabozo City, se cayo por completo la lámina-ventana y se pararon a guardarla en la maleta y nosotros llegamos a las 19 con un bus con vista panorámica.
De nuevo, tomé un taxi, a la casita, a comer y a dormir.
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