Los albañiles son una vaina seria, siempre es difícil dar con uno que sea bueno y rápido. Le preguntas a todos tus conocidos por alguno y todos te recomiendan a uno que les trabajó bien, rápido y de paso cobró barato. Luego de largas horas de meditación encerrado en una sala oscura, te decides por uno. Cuando pasa por la casa, lo primero que hacen todos es criticar el trabajo de los albañiles anteriores “eso les quedó malísimo”, “¿y usted pagó por ese trabajo?”. Es como una norma no escrita, aunque creo que eso se lo enseñan en la escuela de albañilería “los primero que deben hacer antes de empezar un trabajo, es criticar al anterior, no importa si es el mismo coliseo romano o la pirámide de giza”. Cuando le dices que trabajo quieres que hagan, dicen que ellos lo hacen todo, así necesiten cambiar toda la tubería de la casa y montar una red local, ellos son desde electricistas hasta cocineros, o al menos eso aseguran al darle las especificaciones del trabajo. Después de eso, viene la parte en que piensas que todo sería más cómodo si te mudases a la ferretería, ya que a pesar de que da un lista y te asegura jurándote por su madre que no hará falta más nada, hay que ir a la ferretería al menos 2 veces por día a buscar desde un tomacorriente hasta bloques y cerámica. Pero eso no es todo, también hay que hacer espacio en el patio o balcón para 3 sacos de cemento y medio metro de arena sobrantes. También en el contrato verbal se supone que se pagará en dos partes, al iniciar y al terminar el trabajo, esto se vence el primer viernes cuando el albañil antes de irse pone una mirada lastimera muy parecida a esta suplicando “un aguante”, “un apoyo” o en el caso de los frikis “una fuerza”. Esto no pasaría si cumplieran con el tiempo de trabajo que prometen “en una semana está eso listo, sino es antes”, multiplícalo ese tiempo por tres si te sientes con suerte. Y al final ni se te ocurra decirles que quedó mal el trabajo que han hecho, o que no les vas a pagar porque no te gustó, a menos que quieras hacer enojar a un tipo que trabaja cargando bloques todo el día y de paso tiene herramientas muy peligrosas (como esmeriles, lanzallamas sopletes, etc) y además las sabe usar. Por eso digo que hay pagarles forzando una sonrisa y un “muchas gracias, los recomendaré”.
PD: Mis agradecimientos a los albañiles que están haciendo la cocina en mi casa y me han hecho tragar tierra y polvo por casi dos semanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario